Muchas mujeres hacen más que eso cuando están a solas consigo mismas. Pero las reglas artificiales no les permiten relajarse con un compañero. No en vano dicen que una mujer inteligente lo tiene en la cabeza, una tonta lo tiene en la boca. Incluso conozco hombres que rechazan categóricamente esas libertades.
Lo hacemos en la mesa, pero siempre lo hacemos en la cama. Así que cuando un tipo tenía antojo de dulces, rápidamente encontraba sus chocolates. Su mohair, por otra parte, es fabuloso. Me quedaría con un pelo como recuerdo.